sábado, 18 de junio de 2016

Aprovechá a tu viejo mientras lo tenés

Aprovechá a tu viejo mientras lo tenés. Durante el tiempo que estén juntos, aprovechalo, abrazalo, decile que lo querés y metete en el culo esa moda nueva de no demostrar sentimientos, de sonreír solo para la selfie. Decile que lo querés y miralo a los ojos sabiendo que ese tipo que tenés adelante hizo lo que pudo, consigo mismo y con vos, sabiendo que los padres nos aman pero que también se equivocan y que a veces pasamos demasiado tiempo quejándonos de lo mal que nos criaron, tiempo que podríamos usar para conocerlos de otra forma, para sentarnos a tomar unos mates y, charla mediante, descubrir algo nuevo de aquél tipo del que pensabas saberlo todo. Aprovechalo a tu viejo porque el tiempo pasa rápido, es corto y después lo único que te quedan son recuerdos. Son las ganas de agarrarlo y apretarlo y ya no está. Así que aprovechalo ahora y no te creas esa mierda de las doce cuotas de Mercadolibre para ser mejor hijo. Porque no digo que los regalos no sean lindos, pero deberían ser secundarios. Porque después se convierten en cosas sin pilas tiradas en los rincones. Y aunque sea un llamado, una carta, lo que sea, le puede alegrar a tu viejo el día mucho más que una porquería comprada sin interés porque “hay que cumplir”. Metete el orgullo en el culo y decile a tu viejo que lo querés, que es importante para vos, porque un día (y ese día llega antes de lo que vos pensás) ese tipo que parecía estar siempre ahí ya no está más. Ese tipo que te enseñó a caminar es el mismo al que vos ahora acompañás para que camine, porque se apoya en tu cuerpo, y creo que eso resume la vida.